Pensaba que lo que más me iba a gustar era el tocador que tenía la abuela en su cuarto. Pero lo que más me hizo ilusión encontrar fueron las cartas que le escribía el abuelo a la abuela.
Él las mandaba desde Italia. Le contaba toda clase de historias de la fábrica donde trabajaba. Muchas veces trataba de mandarle dinero pero la mayor parte supongo que se quedaría por el camino. Alguna carta encontré de su viaje de ida. No fue muy agradable, por lo visto. Cuando llegó a su destino tuvo que pasar varios días en el hospital. Pero no contaba demasiado de aquello, no quería preocupar a la abuela.
Las últimas cartas son las más cortas pero las más bonitas. Dice que vuelve, que le quiere y que quiere tener hijos con ella. A mí, como buena nieta, me han emocionado.
También encontré las cartas de la abuela, las que guardaba el abuelo.
Se preocupaba por él. A veces le contaba cosas que pasaban por el pueblo y muchas veces preguntaba si no se le ocurriría echarse una novia de por allí. Cuando recibía las últimas cartas y las respondía ella también lloraba.
A la abuela sí le emocionaba la idea de que volviera cuando había perdido toda esperanza.
[SOCIOLOGÍA & MIGRACIÓN]
1 comentario:
¡Breve y bonito!
me gusta Graciela.
un saludo de Esmeralda
Publicar un comentario